Empieza en el estómago, siempre.
Al principio siento como se forma una espesa burbuja de magma, redonda,viscosa... va creciendo lentamente y antes de que pueda darme cuenta hay varias más en camino.
Van ascendiendo, quemando todo a su paso.
Llegan a los pulmones y no puedo respirar,
llegan al corazón y no llego a comprender si se para
o se acelera tanto que no soy capaz de ditinguir los latidos.
Llegan a la garganta y se quedan ahí, las noto,
quemándome, arañándome pugnando por salir...
Sin embargo es imposible.
Mi glotis se cierra,
se me seca la boca,
aprieto los labios para que no se escape la rabia, para no perder el decoro.
Maldito decoro.
No sé de quién aprendí a contenerlas,
no sé quien me enseñó a callar por miedo o por vergüenza,
si es aprendido o innato.
no sé de quien son los dedos que me atenazan la voz,
ni sé de quien son las riendas que frenan mi consciencia.
Sé que callo,
que siempre callo
y que lloro.
Pero ya estoy aprendiendo a contener también las lágrimas.
2 comentarios:
Qué bueno...
Hola... muchas gracias por todo. Por las felicitaciones y por darle una leida a mi blog. Acabo de ver tu mensaje. Ya por la noche me daré un paseo por el tuyo, que por lo visto está demasiado bueno.
Saludos!
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