jueves, 26 de agosto de 2010

Tu madre, que lo tira todo...

...o lo guarda tan bien que luego no aparece.
Debe ser un elemento de serie en las madres porque yo, aprovechando la limpieza, he sacado hoy a la calle tres bolsas de basura.
Cacharros de cocina, biberones y chupetes viejos, hasta tengo una licuadora y un pasapuré con el mismo destino, que me da pena la verdad porque funcionan estupendamente.
....total, que me estoy quedando sin "porsiacasos" . Sí, sí, ya sabéis esos cacharros que no se utilizan pero que te resistes a tirar por si acaso los necesitaras alguna vez. Y pasa, que justo cuando te deshaces de ellos te vendrían de rechupete y entonces escuchas: "es que lo tiras todo"
Todo.
Tiraría todas esas cosas que llevan años en cajones sin usarse, esas que salen a la luz una vez al año, cuando sacas el contenido para limpiar el cajón.
Tiraría la ropa que hace lustros que no me pongo y que a ver quién es la guapa que sale con ellas a la calle, porque ya no se llevan, pero que no han perdido ni el apresto de la tela.
Tiraría los juguetes rotos, ese que cogen para jugar en el momento en que lo sacas del cajón para ir caminito a la basura.
Los premios (llaveros, camisetas, porta CDs, llaveros, posavasos y demás) que una azafata aburrida me ha dado por tomarme una copa de tal o cual bebida espirituosa.
Pero tiraría más.
Tiraría las noches de insomnio, los dolores de cabeza u otras partes anatónicas, tiraría las pesadillas de los niños, los malentendidos y las pequeñas disputas. Tiraría los gritos de mi hijo el mayor y el llanto del pequeño, tiraría algunos recuerdos (algunos, otros los atesoro y hasta los acuno antes de dormirme).
Los complejos. Todos. Sin pensarlo siquiera.

Pero lo que decididamente no voy a tirar más son pañales.
Por fin el peque hace pipí como los mayores.

¿A alguien le interesa una licuadora o un pasapuré? Están nuevecitos...

lunes, 23 de agosto de 2010

El rehén

Encerrada. Sola. Aterrada.
Harta de contar ladrillos, por darle alguna ocupación a su cerebro. Pensaba que en cualquier momento se levantaría e intantaría romperlos con la cabeza.
Ella era rubia, adinerada, hermosa... y no debía estar ahí. Debía estar organizando alguna fiesta, luciendo su nuevo traje y tirándole los tejos a su último capricho.
Él era, a todas vistas, el individuo equivocado. Inferior a ella, en estatura y en condición. Muchos se extrañaban de su empeño en conseguirle, de sus constantes invitaciones, de sus atenciones...ella misma se preguntaba si su constancia se debía precisamente a la inutilidad de sus ataques, como si él intuyera que en el momento que lo consiguiera se acabaría su interés.
Extrañamente, fué desde que lo conoció que su vida había estado en peligro.
Se daba cuenta ahora, mientras pensaba en él para aplacar su tedio y su desesperación.
Pensaba que tal vez no era ella el objetivo del secuestro, no por su belleza, no por su dinero, sino porque "alguien" quería hacerle daño a él.
¡Qué tontería!
Por supuesto que el objetivo era ella.
Pero entonces...¿por qué no le hablaban? ¿por qué no le daban el teléfono para que llamara llorando a su padre, pidiendo un rescate? ¿por qué su secuestrador no la miraba, no le hablaba no trataba de seducirla o -Dios no lo quisiera- de violentarla?
Se sentía un rehén olvidado, como si ya ella no tuviera importancia en ese juego, como si sólo su posesión fuera suficiente.
Golpeó el suelo con su delicado zapato.
A veces creía oir algunos sonidos de fuera, pitidos, zumbidos, a veces hasta un extraño campaneo.
Quería hacer algo, tratar de escapar, correr, pelear incluso, pero no había opciones en el cubículo que la retenía...sólo ladrillos y espera.
Y, a veces, algunas voces que le devolvían la esperanza

_ Jopééééé.....Mamá otra vez me han matado.
_ Lo normal es que te cueste un poco, si no sería muy aburrido.
_ Es que me hacen trampaaaaa....
_A ver, déjame que lo intente...
_ No mamá, que el otro día me gastaste cinco vidas y al final lo tuve que hacer yo....Jooooooo. Mamáááááá.
_ Mira niño, no grites. O juegas sin enfadarte o apago el Mario de los cohones!!!!!




martes, 17 de agosto de 2010

Si yo creyera en esas cosas...

...diría que no fallan. Es la Ley de Murphy.
¿Qué coges por fin las vacaciones? Pues nada, vientecito frío y lluvia, que es lo ideal en estas fechas.
Más lluvia, cómo si no hubiéramos tenido bastante este invierno.
No quiero ni mirar las previsiones para los próximos días, prefiero mirar por la ventana cuando me levante. Así me acostaré esperanzada de que mañana lucirá el sol.
Y es que suele pasar que cuánto más ganas tienes de algo, tantas más oportunidades hay de que se fastidie. En estos casos suelo encogerme de hombros y pensar eso de que si la vida te da limones haz limonada.
En vez de ir a la playa, he empezado con la pintura y limpieza general de la casa.
¡Estoy trabajando de fresquita!

martes, 10 de agosto de 2010

Las ideas flotantes

Las llamo así, flotantes, porque no se sabe muy bien de dónde vienen.
A veces proceden de algún sitio concreto aunque olvidado, otras veces provienen del inconsciente colectivo, otras veces ni se sabe.
Pero están ahí y por muy únicos y diferentes y originales que nos sintamos a veces sucede que tenemos las mismas ideas.
Me pasó con X aquí... y yo que me creía muy original.
Este blog lo escribo sólo por diversión o por vocación o simplemente para no aburrirme.
No espero ganar dinero con ello y no me importa que mis ideas pasen a ser ideas flotantes y aniden en la cabeza de otros, pues pueden ser mejoradas y me sentiré halagada de haber sembrado algo.
En este caso, (excúsenme de no especificar cúal) creí que así había sido.
Coincidencia de ideas, aunque la mia me vino antes, mucho antes.
No me molesta en absoluto, de hecho quise comentar y puse algo así como "muy bueno, hay que ver lo que se oye cuando se presta atención" y de paso saludar a alguien de quién no sabía hace tiempo y que se había confundido de bloguera, dije: "gracias por acordarte, de mí y de mi título"
Tal vez el "mi" esté mal empleado. Tampoco era mío originalmente creo que lo leí en Selecciones de Reader´s Digest , presentado de esa forma como un chascarrillo entre artículo y artículo.
Tal vez por eso, por ese "mi" que empleo a despropósito en muchas ocasiones (por ejemplo cuando hablo de "mi" residencia en lugar de decir la residencia en que trabajo o de "mis" abuelos cuando ninguno es pariente mío) la autora no se ha decidido a publicar el comentario.

Eso, perdónenme, me mosquea.
Si no hubo intención, si su entrada, como la mía, vino de esas ideas flotantes con un "vaya coincidencia" hubiera bastado, incluso sobrado.
La no publicación de ese comentario me mosquea, pero puestos a no presuporer preguntaré antes de publicar esto.

Editando el 12 de agosto de 2010:
Escribo un correo. Pregunto. No me responden. Sin embargo sí se siguen publicandos comentarios aunque no el mío.

Sigo mosqueada.

Ahora no sé si volverme paranoica o sentirme halagada.

24 de agosto. Continuamos con la historia:
Mi comentario ha sido publicado, ¿ves, Barbaria? si al final no era para tanto...

domingo, 8 de agosto de 2010

Cuenta atrás

Ya estoy en la cuenta atrás (cinco días para dejar de ir a trabajar) pero sé que echaré de menos a mis abuelitos cuando me vaya (un mes es mucho tiempo y quizá a la vuelta me falte alguno).
A veces son insoportables, pesados, quejicas... pero la mayoría cariñosos y siempre, siempre me hacen reir con alguna de sus ocurrencias, para muestra, un botón:
_ Ya hace cuatro días que no voy al baño, me van a tener que poner otra vez un mioma (en vez de enema, naturalmente, no creo que los miomas te hagan ir al baño a menos que te causen demasiado miedo)
_ Hija, los mareos otra vez. Dice la doctora que eso es de las vesiculares.... (sí, las cervicales no tienen nada, pero nada que ver)

Al masaje le llaman de todo, pero de todo menos masaje: frotaciones, fletaciones, unciones, o incluso ¿Hoy no me pones la mantequilla? Cómo si fueran pan recién tostado..aunque pensándolo bien después de llevarse 20 minutos en el infrarrojo casi lo parecen.
Las espalderas en las que procuramos que se agarren para ponerse en pie un ratito son los palitos. Desfilan como nadie por las pasarelas, en lugar de las paralelas.
Los andadores son los "tacatás", sí como lo de los bebés.
Cuando quieren ir al baño piden permiso como en el colegio y lo mejor, lo mejor de todo es cuando te preguntan: "Oye, niña aquí... ¿ cuándo nos pagan?

A la vuelta, nos dice el dire que nos va a cambiar el color de los uniformes (blancos actualmente) para que cada digamos oficio, se distinga con un color: blanco las auxiliares, azul los enfermeros, morado las terapeutas y a las fisio nos ha tocado burdeos (yo, que prometí no usar más ese color en cuanto salí del colegio...). Ahora cuando nos crucemos con alguna compañera en vez de decirle buenos días/ buenas tardes tendremos que saludar diciendo "Hola, soy tu menstruación"

Pero eso será a la vuelta...

lunes, 2 de agosto de 2010

Época de sequía

Parece que el calor, del verano este que yo esperaba, ha evaporado con creces mi líquido cefalorraquídeo.
Pensaba yo que las ideas se encontraban en las neuronas, o en las sinapsis o en pequeñas cajas que ordenaban seres diminutos dirigidos por una anciano de larga barba blanca.
Parece que no.
Parece que andaban disueltas en el puñetero líquido y que se me escapan por los poros en forma de sudor.
Pero no importa, están ahí, en un residuo de sales. Pequeños cristalitos que me pinchan y aguijonean para que no deje de pulsar las teclas, a ver que sale.

Pronto empezaré mis vaciones y pienso pasar suficientes horas en la piscina y en el mar, a remojo, para que las sales se disuelvan de nuevo y empiecen a fluir por mi cabeza.

Mientras tanto, os leo.