jueves, 7 de junio de 2012

No hay dos sin tres

Y desgraciadamente no es el lema de la roja.
Mi padre está ingresado, mañana le hacen un cateterismo.
El médico dice que la cosa no pinta bien.
Y yo ya no tengo ganas de escribir nada más.

sábado, 2 de junio de 2012

Jugando a recortables II

Cuando la crisis provocó que el dueño de mi empresa dejara el ladrillo para trabajar con personas, no dejó títere con cabeza y quitó de en medio a toda la directiva.
Temblamos entonces porque después de eso pensamos que iban a seguir quitando gente de en medio, pero no.
_ Esto va a cambiar mucho _ nos dijeron_ Unidos vamos a sacar esto adelante.
Y tanto que ha cambiado, desde entonces los pagos se han dilatado de tal manera que más que empleadas nos sentíamos una ONG. Pero ahí seguimos, al pie del cañón.
Sin embargo la arenga era la misma: "Es consecuencia de una crisis general, esto nos afecta a todos, pero unidos lograremos superarlo". "Tenemos que ser una piña, cuidar la empresa es cuidar vuestro puesto de trabajo". "Hay que hacerlo por ellos _ los ancianos_ ellos no tienen la culpa..."
Y aguantamos...un tiempo. Luego veíamos que el dinero seguía entrando (los residentes pagan a primero de mes) pero que no salía, al menos no para nosotros..." Hay muchas deudas, esto no se construyó solo, se pidió un crédito y ahora hay que pagarlo, la culpa es de los bancos que nos tienen ahogados"
Bueno, vale, seguimos al pie del cañón. Así cuatro años, con pagos e impagos y date con un canto en los dientes que por lo menos tienes trabajo.
La cosa tampoco ha ido tan mal. Tarde, pero pagaban, aún nos deben dinero, pero íbamos cogiendo algo y con eso nos apañábamos.
Y mira, llega la rubia que viene a observar: "No se va a cambiar nada que funcione..."
Vale, pues no sé quien ha decidido que casi la mitad de la plantilla, no funcionan.
Después de tragar carros y carretas, esperar y esperar un sueldo que llega tarde e incompleto, de estar unidos, de mirar por la empresa_ que al fin y al cabo es nuestro trabajo_ de hacerlo por ellos... muchas personas van a la calle para que entre una subcontrata y la empresa se ahorre unos eurillos.
Ahora tengo el síndrome del superviviente, porque a priori a mi no me va a afectar el recorte, no puedo evitar sentirme exprimida, toreada y ninguneada. Aliviada porque no me toca, claro, pero sufriendo por las compañeras y consciente de que a lo mejor el mes que viene sí me toca.
Total, que la crisis es una mierda y que la gente que la aprovecha como excusa, más mierda todavía.