Y yo la escuché cuando entramos a hurtadillas en La Madeleine, misa cantada además, resonando limpias voces en sus hermosas paredes, retumbando el magnífico órgano...No entraba en mis planes quedarme a escuchar misa pero una vez allí no pude marcharme y fue una de las cosas más hermosas que ví y oí en París.
Aquí la Magdalena, elevada al cielo por tres ángeles |
Eros y Psique, que es además una de mis historias mitológicas favoritas, se encontraba casi en una esquina de la sala, delicada y suave, casi etérea.
Pero resulta imposible escoger una de las obras, me faltaba tiempo para empaparme bien de todo. Eso, a pesar de caminar por sus pasillos desde las diez de la mañana hasta las tres de la tarde.
Eso, a pesar de escuchar cada explicación de la guía multimedia que alquilamos y que describía cada obra "importante" de las que allí se exponían. A mí me resultaban importantes todas.
También vimos la escultura del escriba sentado y es que recorrimos entera la exposición del antiguo Egipto.
Y si impresionantes eran las obras también lo era el edificio, los techos de las salas, las decoración del antiguo palacio nos causaba admiración.
Pausa rápida para comer y camino hacia la plaza de la Concorde para observar de nuevo el monolito y la cúpula de Les Invalides refulgiendo al sol.
De allí a la Iglesia de la Magdalena y al palacio de la Ópera..que estaba cubierta por algunos toldos y es que ni en París se libran de las limpiezas de las fachadas. Lástima no quedarnos a escuchar ninguna.
Vimos el Arco del Triunfo, rápida visita entre parada y parada de metro. Y la noche de copas junto al mítico Moulin Rouge.
Pero fuimos buenos y nos recogimos temprano porque al día siguiente queríamos visitar Notre Dame.( Por eso y porque las copas costaban 10 euros...lógico que los franceses pidieran botellas de vino en lugar de combinados.)
Notre Dame fue la última visita que realizamos. Visitamos un yacimiento arqueológico justo bajo ella y paseamos por las calles encontrando músicos: violinistas en los balcones, saxofonistas en barcos sobre el Sena... y más café con unas deliciosas crêpes.
Recolectando anécdotas podría contaros una cuantas acerca de cómo conducen en París, los que hayáis leído a Axterix ya lo sabréis, lo sorprendentemente caras que resultan las bebidas (4 euros los cafés, las colas y hasta las botellitas de agua) no así las comidas (menús a 12 o 14 euros, baguettes a 5 euros), lo ligones que son los franceses que no se cortan ni aunque tengas al marido al lado y cómo se puede sobrevivir perfectamente en un país extraño sin tener ni idea del idioma sólo con el índice y buena voluntad (y algunas clases del Follow me)
Un viaje maravilloso.
3 comentarios:
Que bonito que es París. Nosotros fuimos en pleno diciembre, cuando el frío ponía a prueba la belleza indómita de la ciudad.
No hay color, el frío no tiene nada que hacer
Cierto, Yandros, ni siquiera el frío desluce.
Seguro que alguien te recomendó ver la sala de arte egipcio...maravilloso ¿verdad? jeje.
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