jueves, 14 de julio de 2011

Pequeños tesoros

El grandote y el peque discuten en la parte trasera del coche. No sigo muy bien la conversación pero no dejo de escuchar al peque preguntando "¿ Y por qué?".
El grande le explica con suma paciencia, contestando a seis o siete porqués mientras yo pienso en Santo Tomás de Aquino y sus vias para llegar a Dios...
Al final El hermano mayor resopla y pregunta indignado:" ¿Pero quién te crees que soy yo? ¿El Oráculo de la Sabiduría?"

Después de la ducha me peleo con el peque a la hora de vestirle. No, no es como vestir un muñeco, sobre todo cuando no deja de jugar con cada objeto del cuarto de baño. Mete un pie por el pernil del pantalón y el otro, como no, por el mismo pernil.
_ Jo! Si es que no miras.
_ Sí, mamá, estoy mirando..._ me dice mientras mueve sus pupilas por todo el cuarto, cual Marujita Díaz...

Cuatro de la mañana, un grito desgarrador seguido de un llanto quejoso. Corro al cuarto, el peque se agita en sueños inquieto. Se tapa, se destapa..."¿Qué te pasa, cariño? ¿Quieres agua?¿Quieres ir al baño?¿Te duele algo?" Frunce sus ojillos claros, parpadea, me mira y me dice en un suspiro "Es que estoy cansaooo"

...para no echar gota, oigan.

lunes, 11 de julio de 2011

La primera vez (este verano)

La verdad es que asustada no, pero demoré el momento todo lo que pude.
Los preliminares nunca se me hicieron tan largos.
Primero fueron los niños, los preparé y les dí las instrucciones precisas para que no molestaran.
Luego, acomodé las cosas... el lugar sobre el que iba a tumbarme, todas las parafernalias necesarias...
Todo estaba listo, ya no tenía excusa..
Tomé el vestido por el borde inferior y lo saqué por la cabeza.
Ya está.
Ahora ya está.

Los afortunados veraneantes que comenzaron sus vacaciones hace días y que lucen sus moreneces en la playa tienen que ver mis blancas carnes de dominguera...

Ains, cuando sea grande quiero un piso un la playa o, en su defecto, una máquina de rayos uva.