_ Pareces una matriuska_ dijo.
Parapadeó indecisamente.
_ Me reiría, pero no sé lo que es eso.
_ Sí lo sabes. _ contestó_ Es una de esas muñecas rusas que al abrirlas esconden otra en su interior...y otra...y otra.
_ No sé si eso es un piropo.
Calló.
Recogió sus mitades abiertas.
Eran livianas, como conchas vacías.
Si quién le hablaba no hubiera mirado hacia otro lado, habría decicido no volver a ponérselas.
4 comentarios:
Una de cobarde(s).
Qué historia tan curiosa... Siento que entiendo y que a la vez se me escapa lo primordial.
Besitos desde Marte
Mirna
Sólo es una historia, Mirna, no hay que darle demasiadas vueltas. X la ha cogido desde el principio va de cobardes.
Son peligrosos esos que no te miran a los ojos...
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