En una tierra donde el sol nos agasaja con 45º de temperatura, donde en invierno decimos que "hace fresco" en lugar de frío, donde los pantanos no han subido del 33% de nivel que sólo nos garantizaban agua para poco más de siete meses durante años, ahora tenemos la sensación de habernos mudado al norte.
La lluvia en Sevilla es una pura maravilla...lo era cuando las tardes de lluvia llegábamos a csita del cole y mi madre preparaba churros y chocolate para merendar, pero esto ya es pasarse.
Este es el aspecto de la entrada de mi casa, el porche en el que sólo tengo cactus que son los que no se me queman en verano,

Van a declararla reserva de la biosfera ya que contribuirá a la generación de oxígeno constituyendo un nuevo pulmón para toda Europa, porque, digo yo, que la verdina también producirá oxígeno...
Las paredes de mi salón chorrean agua como las cataratas del Niágara y en el techo hemos observado estas curiosas formaciones:

Y no hablaros de baño...entre las juntas de mis baldosas está creciendo una nueva civilización.
Sin más, hoy he abierto el mueble dónde guardo las toallas y me he encontrado ésto:

Si os digo que, por San Valentín mi marido me ha regalado un nuevo vehículo para ir al trabajo:
una góndola.
No puedo más.
Yo soy de secano.
Eso sí, todo tiene sus ventajas, tengo el pelo más rizado que nunca...

La lluvia en Sevilla es una pura maravilla...JA!!