martes, 8 de diciembre de 2009

Se armó el belén...

O mejor dicho, lo armamos nosotros el día de la Inmaculada, como es tradición en mi familia.
Yo trataba de convencer a mis hombrecitos que era mejor poner sólo el árbol pero nada, ¿qué sería de la Navidad sin su recordatorio de figuritas de plástico?
Entonces tuve que confesar.
Ya había buscado los adornos y al abrir las cajas me encontré el serrín, el musgo, el cielo estrellado, las casitas y un par de corrales. Pero de los personajes, ni mú.
Dada la imposibilidad de que se hubieran largado por su propio pie (ya me direis como se corre con esas peanas) y tras rebuscar en armarios como dos mil quinientas veces tuve que aceptar que el año pasado hubieran acabado por error en el cubo de la basura con los restos inaprovechables de los adornos.
Me dió mucha pena porque la mayoría de las mismas tenían casi 30 años y temía el momento de contar lo que había pasado.
Con tragedia o sin tragedia, el belén tenía que montarse así que nos encajamos en la feria de belenistas de Sevilla para comprar a los sustitutos correspondientes. Tras duro regateos con mi hijo (que quería llevarse todo cuanto veía) compramos lo esencial:
el misterio, la anunciación y los reyes magos. también un par de romanos y un carnicero con un puesto de chorizos que yo no quería llevarme. A ver, ¿no os resulta sospechoso un tipo vendiendo chorizos a los judíos que no comen cerdo? Además el tipo tenía cara de pocos amigos y un tremendo cuchillo en la mano... pero mi hijo decidió que era imprescindible.
Ya en casa, mi marido con la pistola de silicona y paciencia infinita convirtió un trozo de papel marrón en una preciosa cadena montañosa, dos cajas de cartón en sendas cuevas (una para el nacimiento y otra para los pastores) y la pulida superficie del mueble en un irregular suelo de tierra. El musgo adornó las montañas y el suelo y entonces sacamos las figuritas de su plástico y empezamos a colocarlas.
Daniel dispuso todo y nosotros le dejamos hacer: los pastores alrededor de su fuego contemplan sorprendidos al ángel que les anuncia la Buena Nueva. En la otra cueva otra hoguera ilumina al niño recién nacido, a su padre, a su madre, a la mula al buey y a una vaca
(mamiiiii, iraaaa, aca, aca, muuuuu_ ante tales argumentos quién no le compra la vaca al peque)
_ No nene, la vaca en el corral
_ aca, aquí_ contesta el peque con su media lengua
_ No cariño, la vaquita se pone aquí, en el corralito ¿ves que bonita?
_ mamá, aca AQUIIIII
Así que mula, buey y vaca.
Mientras, en el otro lado se inicia otra disputa:
_ Este pastor (cargado con un corderito para el niñodiós) al lado de la hoguera.
_ Dani, ese pastor lo tienes que poner caminado hacia el portal, porque le lleva el corderito al niño
(Niño que me mira con cara de "peroquétehasfumaomamá")
_Mamá, este es el que le trae la comida a los demás pastores ¿como le va a llevar el cordero al niño si acaba de nacer y no tiene ni dientes ni ná?
Con los reyes no hay discusión, van cargaditos de juguetes caminito del portal.
La estrella, el río y poco más, ya está listo. Ah, espera, el cagón!! Este ha resultado ser la única figurita que ha quedado de las antiguas, claro, con los pantalones bajados a ver quién se va de parranda....

En medio de la escena, con la espalda bien guardada por la montaña, el carnicero vigila con el cuchillo en la mano.
_Sigue sin gustarme el carnicero ese...
_Tienes razón cariño,_ confirma mi marido_ yo creo que es un espía de Herodes...
Menos mal que los romanos andan cerca que si no....

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial...me he reido un rato con tu post...me has animado la tarde :)

BREOGAHN dijo...

Esos niñooooos... XDD

Small Blue Thing dijo...

¡Mencanta lo del chacinero! :D

¿No va a haber foto?

X dijo...

En mi casa, ya, ni belén. Voy a tener que empezar a tener niños jajaja.

petaqui dijo...

jajaj que majo tu niño :D
Me hizo mucha gracia, muy tierno la verdad jejeje

Queremos fotos! please xD