He visto Harry Potter, Ice Age 3, los mundos de Coraline, los transformers, Up, ...el resto, las autorizadas para mayores de trece años, en el videoclub o las que me pasa mi cuñao.
Esa noche, dejamos a los niños con la abuela y nos fuimos al centro comercial a comer en el chino y ver una peli. Si digo que era mi aniversario de boda a algunos les puede parecer un plan un poco cutre pero os digo que es un lujo el poder llevarme una cucharada a la boca sin que me tiren de la manga... y van nueve, aniversarios digo, nueve añitos ya.
Nueve años de casados más diez de noviazgo. Haciendo cuentas llevo ya más años de mi vida con él que sin él, " ya lo compensarás cuando enviudes" me dice cuando se lo comento y se ríe mientras huye de mis collejas...
Le conocí con 16 años, tras un año escolar sin comerme una rosca y un verano de abusos ligando hasta con las piedras. Le conocí y su presencia me golpeó en la cara como una bofetada
Yo que siempre me reía del amor a primera vista...¿A él también? Me temo que no, al menos él cuenta que se fue enamorando poco a poco, infiltrándome hasta la sangre como un virus, hasta darse cuenta que no podía vivir sin mí. (¿qué me comparas con una infección? ...no, con una enfermedad crónica...)
Reimos ahora al recordar aquellos primeros años en los que lo pasamos tan mal porque mi padre se oponía a que tuviera novio, (no era nada personal, cualquier novio le hubiera molestado) Culebrones de lágrimas, vernos a escondidas, rebelarte contra el mundo por amor...era como descender por un río con muchos rápidos y sin salvavidas. Íbamos haciendo planes de fin en fin de semana, nada de proyectos a largo plazo, porque quizá nuestro destino era separarnos por mi padre o por la mili...(que sí, cariño, que todas las parejas que conocíamos rompíeron durante la mili...pero si yo fui de voluntario, la hice en el pueblo y nos veíamos todos los días!!) Bueno, pues superamos la mili y mil-i quientas cosas más. Es cierto que ya no nos amamos con la deseperación de entonces, era intenssísimo pero agotador. De vez en cuando hemos tenido temporales, el último este año ( no, mi amor, no puedes irte así...por qué no? dame una sóla razón...porque esa maleta es mía...vale pues, me quedo, pero nada más que me compre una....)
Ya no nos devoramos, ni nos asfixiamos... basta con esa mirada cómplice por encima de dos cabecitas rubias, con el apretón de manos furtivo cuando estamos entre amigos, con la facilidad que lee mis pensamientos (tanta que a veces me da miedo), con llevarle agua cuando yo bebo aunque no me lo pida, con su presencia constante en mis crisis, con abrirnos la puerta (el que está al que llega) aunque tengamos la llave, con su ofrecimiento para calentarme los pies en invierno, con mi dedicación a recoger los calcetines que acumula junto a la mesita de noche... con esa pequeñas cosa cotidianas (ir por el pan, sacar la basura, acostar a los niños cuando estoy cansada) a veces imperceptibles, para sentirnos amados, enamorados, unidos...(¿cómo? ¿que hoy juega quién y que te vas a verlo con el cuñao?... que sí, que mañana me quedo yo con los niños y tú te vas de tiendas con tu hermana...)...compenetrados.
Indispensables.