lunes, 19 de noviembre de 2012

grrr...

_¿Has cogido los deberes?
_¿Dónde está la pelota?
_En su sitio...niño! que si has cogido los deberes?
_ Pero... ¿en su sitio de cuando la guardas tú o en su sitio de cuando la guardo yo?

Vale, me rindo, en realidad no sé dónde está la pelota...



jueves, 8 de noviembre de 2012

¿Cómo era eso de que cuando el barco se hunde las ratas lo abandonan?

Miércoles. Siete y media de la tarde.
El WhatsApp no deja de vibrar en el bolsillo del uniforme pero yo, que soy una buena empleada, no lo cojo hasta que entro en el vestuario para cambiarme de ropa y huir hacia mi casa.
En el chat 83 mensajes nuevos.
¡83!
¿Qué ha pasado?
Hoy una de nuestras amigas asistía a una reunión con la rubia, algo hastiada pero qué se le iba a hacer, ella también es una buena empleada.
Pero también es una buena amiga y solícita a comunicarnos rápidamente cualquier eventualidad que nos concierna. "¿Estáis listas?... Atención, la rubia ha dimitido"
El resto de los mensajes son pura especulación, y nuestros mejores deseos para que le vaya bien en esta vida (¿o no...?jejeje). Después de convocar tantas reuniones sin sentido y pasear modelitos, se marcha por la puerta de atrás sin despedirse de nadie...
El recepcionista corrobora que se ha ido diciendo: "Me voy. Si preguntan, Fulanita de Tal ya no trabaja aquí".
Aún estoy en estado de estupor.
Tenemos un despacho vacío.
¿Alguien se apunta?

jueves, 1 de noviembre de 2012

Cincuenta sombras... sombra más o sombra menos.

Vale, lo confieso, lo estoy leyendo...
El whattsup tiene la culpa, todas mis amigas comentando el anuncio... nah, envidiosa que es una.



Upps, creo que haría falta poner una advertencia de contenido...

lunes, 29 de octubre de 2012

La vida en una empresa en crisis

Vivir en un barco que se hunde es todo una aventura.
Que se lo digan a Leonardo DiCaprio ¿no?.
Pues sí amigos y amigas.
Poco antes de irme de vacaciones, el ordenador que usábamos empezó a fallar, no se qué de la tarjeta gráfica...Pues a la vuelta me encuentro con el teclado y la pantalla huérfanos de una torre.
_Se la han llevado para arreglarla._ me dice mi compi.
Guay.
Me encanta mi ordenador y tener todas la historias clínicas actualizadas y los informes hechos y  decir ¡yo, ya! cuando piden los registros, informes y programaciones.
Pero el ordenador no aparece.
Cuando una mañana me encuentro, o mejor dicho, no me encuentro en el despacho ni la pantalla ni el teclado me ilusiono pensando que pronto va a estar completo y en su sitio.
Pero no.
Me entero por radio patio (increible como funciona ese aparatejo y más en tiempos de crisis) de que mi ordenador no va a volver.
Me remango mentalmente (porque mi uniforme tiene las mangas cortas) y subo echando humo al despacho de la directora.
_Que digo yo, que pronto hay que hacer las evaluaciones anuales y que a ver si se llama al informático para que nos traiga el ordenador que va haciendo falta...
_No, Barbaria, por órdenes de "la empresa" no vais a tener ordenador.
_(¿Comoooorl?) Pero eso es imposible, hace falta para esto y esto y lo otro ¿y si pasa esto, esto  y lo otro?
Vamos, es que es necesario que yo tenga esto, esto y lo otro..porque es una herramienta básica en mi trabajo.
_Lo comprendo, tienes razón, pero...
No la oigo... se me ha subido la sangre a la cabeza.
Míralo, ahí está, si parece que hasta me habla...mi ordenador en la mesa de su despacho...Le han acoplado una pantalla plana, y un teclado inalámbrico. Pero yo lo reconocería en cualquier parte. Pobre...tiene forzadas las puertecillas que tapan los puertos USB y el lector (porque no hay que tirar de ellas sino presionarlas en un borde). Me llama lastimero, me hace mirar los post it rosas que cubren su negro costado...
_Pues el servicio de fisioterapia necesita manejar toda esa información, Fulanita, así que haber como lo arreglamos.
La rubia platino ladea pensativamente la cabeza y opto por iniciar mi mutis mientras ella se come el coco.
Cuando alcanzo la recepción me llama con entusiasmo.
Trae una sonrisa de oreja a oreja y la solución en sus manos.
Señoras.
Señores:
Les presento mi nuevo equipo de almacenamiento y gestión de datos:


Y ni un boli ni ná...hay que joderse...




viernes, 12 de octubre de 2012

Otoño


Me alcanza la noche antes de haber tenido tiempo de esperarla.
Me llega el frío mientras las mangas largas siguen durmiendo en los cajones.
Me llega la lluvia, ligera, menuda, tiñendo de gris oscuro las aceras.

Me llega...
... o me llegaría si no fuera porque a estas alturas seguimos teniendo  30º de temperatura y no sé si para el puente me iré a una casa rural en la montaña para encender la chimenea o a la playa...total, aún no he guardado el bikini... y no es que me disguste el calor, no, (los más antiguos sabéis como odio el otoño) es que ya me aburre de llevar la misma ropa. Y es que, aunque en las tiendas se empeñen en ponernos es aire acondicionado a tope para tentarnos con suaves y cálidos tejidos, es salir a la calle y darte cuenta de que no vas a poder estrenarlas hasta reyes, por lo menos.
Dichoso cambio climático...



viernes, 3 de agosto de 2012

Tácticas de conciliación en el trabajo..

Las reuniones de trabajo deben ser en el trabajo, a menos que impliquen el consumo de cervezas y tapitas (sufragadas por la empresa, claro).
Que me hagan quedar a una después de mi horario laboral a pesar de haber sino programada para el principio de la jornada ya era lo bastante para que estuviera de mal humor.
La rubia comienza hablando de los cambios que se habían producido y de las consecuencias que tienen, tendrán y pudieran tener... entonces yo, (no sé si por el cansancio, la falta de azúcar o la mala leche) comienzo a tener alucinaciones auditivas y su voz aguda, carente de emociones se transforma en una voz profunda, varonil...debe ser porque además su peinado se asemeja a un casco que, cuando ella dice: " Tenemos que afrontar los cambios con profesionalidad aunque suponga que algunas compañeras ya no estén"... que en la empresa "es importante que colaboremos aunque nos reduzcan la jornada", que "trabajemos en equipo para conseguir nuestro objetivo"; que "debemos templar los ánimos y evitar las protestas y el pataleo por un ligero retraso" de dos meses, oiga "en la nómina"... Yo escucho:
_"Estás derrotado, resistir es inútil, no te dejes destruir como lo hizo Obi-Wan"
_"No hay escapatoria, no me obligues a destruirte. Luke, todavía no te has dado cuenta de tu importancia, sólo has empezado a descubrir tu poder. Únete a mí y yo completaré tu entrenamiento. Combinando nuestras fuerzas podemos acabar con esta beligerancia y poner orden en la galaxia"


Si conocieras el poder del reverso tenebroso...

_"Sí, bueno, ya me miro esto y para el lunes concretamos"

Y hago mutis por el foro.
Antes de irme ella se levanta alarga la mano y me dice:
_ "Barbaria..."-pausa dramática-" dile al recepcionista que me fotocopie eso, ¿vale?"

Ufff, por un momento pensé que iba decirme que era mi padre...

domingo, 29 de julio de 2012

Aprendiendo

Hoy, hito histórico, el peque aprende a nadar.
A instancias nuestras accede a quitarse los manguitos y a usar lo que llamamos "el churro"
(uno de los tubos de espuma de color desvaído que dejamos en la piscina para uso del que lo necesite).
Se monta en él y juega a que es su caballo mientras salpica y ríe, visiblemente contento.
Uno está siempre atento a que no pasen ciertas cosas, pero a veces pasan: el churro, como indómita montura, se escapa de entre sus piernas y le toca agitar las manos entre gritillos nerviosos mientras los que pululamos a su alrededor competimos por llegar a agarrarle.
Tarde.
El niño patalea y ante el asombro de los presentes alcanza la escalerilla sin grandes dificultades.
Su carita refleja emoción y triunfo, los demás tocamos palmas y repartimos besos.
Ahora es un pescadito, suelta y recoge el churro, se aventura de la escalerilla a mamá, de mamá a papá, de papá a los titos y de vuelta a la escalerilla.
Crecen, pienso emocionada, subyugada por los pequeños grandes logros que alcanzan.
Aprenden y aprendo de él que a veces las circunstancias nos obligan a hacer cosas para que no creemos estar preparados y que a veces las escalerillas no están tan lejos como nos parecen.